El Ojo Agavero

3/7/09

El Palacio postal.


Dejando de lado el comadreo político, regreso a la verdadera intención de este blog. Ahora fuimos al Palacio postal de México.
Hace poco tiempo escuché el término pan- coupé de boca de un experto en arquitectura. Creo que fue mi cara de interrogación lo que lo llevo a explicarme que ese término es usado para edificios que tienen una o todas sus esquinas "chatas", o sea cortadas de forma que no rematen en una arista sino en una especie de mini- fachada. Ejemplos de estos edificios son nada menos que el Museo de Medicina ex- Colegio de Medicina ex- palacio de la Inquisición que se encuentra en la Plaza de Santo Domingo en el Centro Histórico, o la llamada "Casa Chata" en Tlalpan, así como el Palacio Postal- Quinta casa de Correos, a un costado del Palacio de Bellas Artes, y a este precisamente le dedicamos esta entrada.

Este edificio, levantado a comienzos del siglo XX en plena época del porfiriato, tenía como intención ulterior representar el progreso que el dictador trataba de que México alcanzara.

El solar en otro tiempo perteneció al Hospital de terceros de San Francisco, demolido en 1900 para dar paso en 1902 a la construccción de lo que sería y es aún La Quinta Casa de Correo, nombre debido a que es el quinto inmueble en esta ciudad que tiene dicha función. Su diseño fue encargado nada menos que a Adamo Boari, italiano que también tuvo que ver en la construcción del Palacio de Bellas Artes (y donde existe una sala que lleva su nombre, por cierto), en tanto que su construcción fue comisionada a Gonzalo Garita. La construcción se llevó a cabo entre 1902 y 1907, y fue el 17 de febrero de ese año cuando fue inaugurado por Porfirio Díaz.

De su mitificado interior prefiero dar paso a las imágenes, pues su belleza me gana.

Sin embargo, sí puedo contar que esa escalera magnífica cuenta con mármol mexicano y hierro forjado en los barandales, trabajado en la Fondería Pignone de Florencia, que también realizó varios trabajos de herrería en diversas decoraciones del lugar. El domo de cristal del techo también fue diseñado por Boari.

No olviden en una de tantas vueltas que damos al Centro histórico pasar y dar un vistazo a este hermoso lugar, que por cierto fue declarado monumento artístico en 1987.


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