El Ojo Agavero

13/8/09

Los Mexicantropoides.


Colas afuera de la embajada de Canadá para obtener la visa.

Cómo nos indignó esto, ¿verdad?.

Un país que consideramos amigo de pronto decide cerrarnos la puerta de libre acceso y exigirnos una visa.
Yo mismo fui de los indignados que clamaron que también México debería exigir visa a los países que nos aplican esa odiosa medida. Pero si yo dejo abierta mi puerta, pensemos, ¿cuantos de los que entran serán mis amigos?, ¿cuantos serán puros gorrones llegados a tragar y a ver qué se roban?, ¿cuantos animales no entrarán?.
La verdad mexicanos,¿podemos decir que nosotros nos portamos de forma decente en nuestro propio país?. Piensa en las veces que has visto a tantos malos mexicanos ensuciando los parques, cerrándosele al del coche de junto o gritándole de cosas a alguien en la calle nomás porque se le hizo chistoso, eso sí, bajo el cobijo de la sombra donde no lo vean o de otros cinco imbéciles como él.
Ahora se habla mucho del veto de estadio, y admito que no estoy muy seguro de qué se trata. ¿Impedirán a los mexicanos entrar a los estadios en el mundo o les exigirán visa también para ver el futbol?, ¿o los afectados serán los equipos de nuestro país?. Tras de ver el partido de ayer, esos goles gloriosos (¡el primero de la selección tricolor fue de película!), los nervios por dudar en donde quedaría la selección y si se cumplirían las profecías gringas escritas en un pastel que se comieron antes de venir "(B)eat Mexico", me llenó un júbilo muy grande por ver como esta vilipendiada selección derrotaba por segunda vez al hilo a quienes siempre se han sentido superiores a todos y que daban más que por sentado (nomás revisen las anotaciones en Twitter de la selección estadunidense) que barrerían la cancha con los prietos, chaparros y mal alimentados mexicanos. Daban ganas de mentarles la madre y es por eso que por un corto momento, cuando acabó el juego y de las imágenes de celebración en el Azteca se hizo un enlace al Ángel donde ya se veían llegando los primeros fiesteros, pensé en yo también y por primera vez en mi vida unirme, aunque fuera por un ratito, a esa fiesta que justamente se celebraba a metros de esa otra embajada que también nos exige visa (desde siempre) y que juega con nuestro tiempo, nuestro dinero y nuestra dignidad cediéndola o negándola a su capricho. Pero no fui; pensé en que obviamente habría calles y avenidas cerradas y que probablemente tardaría más en llegar que en regresar a cumplir mi última ronda de labores del día a las 7:00 p.m., para lo cual faltaban dos horas.


Mejor fue asi; a pesar de que las noticias revelan un agradable saldo blanco y una fiesta hasta eso moderada, no pudieron faltar los simios, los changos idiotas, los pésimos mexicanos que van ahi a demostrar su estupidez y a darles razón a los que nos quieren cerrar las puertas. Escuché reportes de gente trepada en los árboles, dañándolos por supuesto, gente que agredía al que tuviera aunque fuera el mínimo rasgo de extranjero, rubio o alto o de piel blanca porque para ellos todo lo que no luce autóctono a fuerza debe de ser gringo. Se dieron cita ahi los que quisieron agarrar a pedradas la embajada de E.U.A y el Hotel María Isabel Sheraton (?) y fueron repelidos por los granaderos encargados de guardar el orden en esos festejos. Conociéndome, yo probablemente habría estado lo más lejos posible de esa mengambrea, pero el ver o enterarme in situ de la presencia de los antropoides que no deberían tener el privilegio de llamarse mexicanos habría sin duda trocado en vergüenza y malestar mi alegría por la derrota de los gringos.
Pero el caso no se limita a ello; una de mis alumnas de la clase de Español y que viene precisamente de ese país ayer tan vapuleado me contó de lo que vió por haber estado presente en el estadio (¡qué valor irse a meter ahi siendo estadunidense!); a la hora de tocar los himnos nacionales, la afición mexicana abucheaba sin parar las notas del himno nacional de los EUA. Aclaró que a mi ese himno me desagrada bastante, sin embargo, ¿no podíamos haber mostrado respeto?, si no por el hecho de tratarse de uno de los símbolos que para otra nación son tan valiosos como los nuestros, al menos para demostrar que el mexicano tiene la madurez de ser un buen anfitrión aunque las rivalidades calienten. Habiendo finalizado ya el partido, me relata mi alumna, varios elementos de seguridad trataban de retener a un grupo aún mayor de hinchas mexicanos que esperaban ver salir el autobus que llevaba a la selección gringa para apedrearlo, patarlo, orinarlo, escupirle y todo lo que se nos pueda ocurrir. Eso no se debería hacer ni siquiera cuando se pierde, ¡mucho menos cuando se gana!.
Entiendo el rencor y la antipatía que en nosotros despiertan los vecinos del norte, porque yo mismo los siento por las causas que ya nos son más que conocidas, y por lo tanto no es por ellos sino por nosotros mismos que mi enojo se desborda. En nuestra propia tierra ridiculizamos aquello que más caracteriza a nuestra raza; la cordialidad y la buena convivencia. Nos empujamos, ensuciamos y escupimos en la cara tanto propia como ajena y decimos celebrar el ser mexicanos, pero tenemos que hacerlo actuando como animales. ¿Qué no vemos que asi estamos insultando a nuestro país aún más que los de afuera que nos consideran menos?.

Me llena de orgullo, alegría y hasta me dan ganas de cantar porque la tricolor que se había ganado el apodo de "los ratoncitos verdes" haya barrido la cancha con los gringos no una, sino dos gloriosas veces y otra vez los llaman gigantes, pero entre las muchas cosas que los mexicanos debemos aprender es a ser primero buenos ganadores. El tratar con respeto a quienes vencimos sólo hace más grande y más exquisito el triunfo. Aprendamos a ser maduros, pongamos en su lugar a quienes nos insulten, pero no les demos ya más razones para que lo hagan, para que nos pongan muros divisorios o muros hechos de visas. Somos muchos los mexicanos que sí respetamos a nuestro país y a nuestra gente y que no pensamos caer en la otra definición en la que poco a poco hemos estado incorporándonos; ¡¡los mexicantropoides!!.

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