8/1/10
Adorable y enemiga; la Cd. de México en la mirada de Abel Quezada
De vuelta a las andadas, comenzamos el año 2010, un año especial para México, hablando de un insólito cronista de su ciudad capital, nada menos que Don Abel Quezada (1920- 1991).
Por medio de la caricatura, Quezada observó, criticó y amó esta ciudad por más de medio siglo, publicando sus mordaces caricaturas en periódicos como Ovaciones, Excelsior y Novedades, echando su mirada aguda por la transformación- más mala que buena- de la capital en la megalópolis que llegó a ser en los años ochenta, la última década en que se halló activo.
La exacerbación del patrioterismo, las tonterías de los políticos y los nuevos ricos, el sentido de superioridad de aquellos que comenzaban a andar en coche en una ciudad que aún hallaba medios de transporte confiables en los ruleteros, la bicicleta o los demócraticos pies, sin dejar atrás la insigne personalidad del capitalino promedio, fueron los temas por demás tratados en la obra de alguien que de esta forma demostraba su conocimento y el gran amor que esta amante imposible que es la Cd. de México le inspiraba.
Como el mismo la describió; adorable y enemiga.
Igual que sus inigualables habitantes.
El gran observador caricaturesco dejó los tumultos automovilisticos y humanos, los ruleteros que dieron paso a los peseros, los policías corruptos y los políticos que los hacen ver como angelitos para subir a la gran metrópoli del Cielo en 1991.
Y aunque ya no está caminando por las calles de banquetas quebradas y desiguales, de puestos de tacos de a peso (todavía los hay, en serio) y llenas de gente, gente y más gente, cómo quisiera yo que aún estuviera aqui, criticando las cosas tan viejas y siempre renovadas; la crisis, los impuestos y las alzas que recibieron este 2010, el crimen disparado; cómo nuestros dirigentes siguen diciéndonos "Hay problemas mexicanos, para resolverlos nosotros es obligación de ustedes entrarle con más trabajo, más sacrificios y más dinero. Sigan aguantando y parando más el cu..."
Yo no cuento con el ingenio del caricaturista para dar mi opinión sobre estos temas; sería fantástico ver lo que él tendría que decir sobre los personajes de este tiempo. ¿Seguiría pensando que esta ciudad es adorable y enemiga, o sólo le quedaría el segundo apelativo?, ¿acaso, tal vez, perdería todo amor por esta mole humana y de concreto para huir, irse mejor a dar su visión de alguna otra ciudad de este país o de este mundo, donde no todo fuera tan surreal, donde las cosas de verdad ocurrieran sin que la gente siguiera aguantando pensando que todo va a cambiar con un tal por cual candidato de tal por cual partido?.
Tal vez no, tal vez si volviera a nacer volvería a dedicar medio siglo de su vida a analizar esta imposible, pero fantástica ciudad y a sus habitantes. ¿Qué mejor para alguien que tiene algo que decir, que no sabe callarse la boca cuando alguien debe de decirlo, que vivir en una ciudad que siempre da algo de qué hablar?.
Para ver más imágenes de las caricaturas de Abel Quezada clic aquí.
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